Aqui en silencio adoratriz contemple a Dios

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Basilica San Pedro , Vaticano

Amigos que Dios trae a este rincon de la red.

domingo, 22 de mayo de 2011

DE CÓMO SER AMO DE UNO MISMO por EL AUTODOMINIO

El obispo de Chipre, EPIFANIO, invitó al abad Hilarión a comer en su casa antes de morir. Y el obispo le hizo servir carne. El abad Hilarió se excusó: perdonadme, padre, no he comido carne desde que llevo este hábito. El obispo Epifanio le respondió: pues yo, desde que llevo este vestido, nunca he ido a dormir dejando que alguien tuviera alguna cosa contra mí. Y yo no he dormido nunca con un resentimiento contra alguien. Hilarión dijo: tu práctica es mejor que la mía.

El abad ISIDORO fue interrogado: ¿Por qué los demonios os temen tanto? Respondió: Desde que me he hecho monje me he esforzado por dominar la cólera, sin dejar que subiera a mi boca.

El abad MOISÉS explica que en su juventud vivía con el abad TEONÀS, y cada día comían juntos. Pero un día, el joven se escondió un trozo de pan y se lo comió después, de escondidas. Desde aquel día, cada día hacía lo mismo. Una vez vino un joven a visitar al abad TEONÀS, él le dijo: nada es tanto malo para los monjes y nada alegra tanto a los demonios como disimular los propios pecados a los padres espirituales. Entonces el joven, movido por el arrepentimiento, le confesó su falta. Y el viejo le dijo: acusándote tú mismo has vencido al demonio que oscurecía tu corazón, por tu silencio. De ahora adelante ya no tendrá lugar en ti, pues ha salido de tu corazón.
Abad MACARIO: Si tú te desahogas reprendiendo a alguien, satisfaces tu propia pasión, y tú no te has de perder para salvar a tu prójimo.
Abad SISOES: Hace 30 años que no hago más que rogar al Señor Jesús que me guarde la lengua, y me creedme, hasta hoy yo caigo a causa de mi lengua que me hace pecar.
El abad SILVANO y su discípulo llegaron un día a un Monasterio y después de comer se volvieron a marchar. Durante el camino encontraron una fuente y el discípulo iba a beber, pero Silvano le dijo que era día de ayuno. ¿No hemos comido? respondió el discípulo. Sí, dijo el Abad, pero aquella comida era una caridad mientras que ahora tenemos que observar el ayuno.
Abad HIPEREQUIO: Es mejor comer carne y beber vino, que comer la carne de los hermanos, denigrándolos.

Abad HIPEREQUIO: La serpiente con sus murmullos cazó a Eva en el Paraíso. El monje que murmura contra otro, se le parece: pierde el alma de quien la escucha, y no salva en absoluto la suya.

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"No debáis nada a nadie, sólo sois deudores en el amor" (Rm 13,8)

Usa el crucifijo . Da testimonio de Cristo Vivo .

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